Aunque los precios de los alquileres en España tienen un ritmo ascendente desde hace algunos años, ello no frena el incremento del precio de las viviendas. Por ello, muchas personas se plantean alquilar una casa.
Ahora bien, buscar alquiler puede convertirse en toda una odisea, y no solamente por cuestión de precio, si no tenemos en cuenta una serie de parámetros. Sigue nuestros consejos para evitar algunos errores comunes que se cometen cuando queremos conseguir un buen alquiler.
No conocer el mercado
Ir a ciegas es un gran error. Si bien no somos expertos, conviene saber cómo está el mercado inmobiliario actualmente; mirar y comprar precios en determinadas ciudades y zonas nos da una visión real y, de esta manera, estaremos alerta si observamos que nos quieren cobrar más de lo que está establecido por un alquiler.
¿Perdidos? Además de los números, hay más cosas a tener en cuenta, y en este caso, la figura de un agente inmobiliario puede guiarnos en todo el proceso para conseguir un buen alquiler.
Gastar más de lo que podemos
Otro error es querer gastar más dinero del que realmente podemos o tenemos. Aunque la zona y el piso nos encanten, si no podemos pagarlo, debemos ser realistas. Los agentes inmobiliarios consultados coinciden en que si nuestra economía no nos lo permite, debemos ajustar la casa a nuestro presupuesto.
Para esto, primero calcularemos un presupuesto, y de la misma forma que sucede cuando queremos comprar, los profesionales señalan que se necesita un 33% del esfuerzo económico máximo a para pagar el alquiler, y no destinar más de un tercio de nuestros ingresos a pagar la renta mensual. De hecho, España es el país de la Organización donde más ingresos se necesitan destinar para pagar alquileres.
Pactar condiciones de forma verbal
Debemos asegurarnos de hacer un contrato escrito. Las palabras se las lleva el viento. Se recomienda reflejar por escrito lo fundamental en un contrato de alquiler y quedarse con un original, firmado en todas sus páginas. Si es para vivienda, es importante asegurarnos de que no se realiza un contrato de once meses.
Una vez realizado el contrato de alquiler, hay que leerlo con detenimiento, consultar con un gestor por si todo es correcto, añadir cláusulas y condiciones, pactar gastos, y luego firmar con mayor seguridad.
Desconocimiento acerca de la vivienda
Ya sabemos el precio, la zona y los gastos que debemos asumir además del pago mensual del alquiler, pero no es suficiente. Estar informado sobre la vivienda que vamos a alquilar ayuda a saber si realmente es lo que buscamos y a pactar un nuevo precio con el propietario. Por tanto, son importantes cuestiones como si se debe realizar un seguro para alquilarla, la duración del contrato, cuánto y quién paga la cuota correspondiente a la comunidad de propietarios, si se puede vivir con mascotas, cuánto tiempo hace que está desocupada, si se alquila con muebles o no, si se pueden hacer reformas, etc.
Cuidado con los timos y abusos
Con la subida del precio de los alquileres en muchas ciudades, encontrar uno a medida de nuestras posibilidades es cada vez más complicado. Y algunos propietarios practican técnicas algo abusivas. Muchos inquilinos se encuentran con verdaderos timos y estafas, y ello les frenan las ganas de seguir buscando: precios desorbitados, gangas que no lo son tanto, alquiler de locales como si fueran viviendas, pisos que necesitan reformas que ascienden a 100.000 euros…
Ante ello, se pone de manifiesto que el principal abuso de los arrendadores es el mal estado de la vivienda que quieren alquilar. Y, en esta situación, para prevenir las estafas, jamás se debe arrendar o adelantar dinero sin ver la casa; asegurarse de que la vivienda sea una vivienda, ya que a veces se trata de locales sin cédula de habitabilidad; y que la persona que lo alquila sea realmente el propietario.
Por todo esto, y para evitar problemas, alquilar a través de agentes o de una empresa profesional que pueda responder por nosotros y que ofrezca garantía de los pisos disponibles es siempre lo mejor.
No visitar la vivienda
Tanto si compartimos piso con amigos o con nuestra pareja, es esencial que vayamos todos a ver cada una de las casas elegidas. La idea de repartir las visitas a distintos lugares para ganar tiempo no es buena. No solamente se pondrán tomar decisiones comunes de manera estudiada si no que comprobaremos el estado de la vivienda de forma directa. La Organización de Consumidores y Usuarios estipula que lo primero es conocer la vivienda y comprobar su estado, especialmente el de las ventanas y el tipo de calefacción, si tiene.